TERCER SECRETO “FÍJATE METAS QUE VALGAN LA PENA”
Lo más importante para llegar al éxito es saber lo que uno quiere alcanzar en la vida, pero no cosas simples, por lo contrario hay que buscar algo por que valga la pena luchar.
La forma más clara para saber lo que uno desea, es sentarse tranquilamente y escribir las metas y propósitos que anhelamos alcanzar, fijándose un tiempo de cumplimiento. Así nos presionaremos a alcanzar lo ansiado en el tiempo estimado.
Ya sabes que harás esta semana? Espero que si porque si no sabes lo que harás esta semana debes empezar a considerarla una semana perdida.
Lo mas importante es usar sabiamente nuestro tiempo ya que es uno de nuestros tesoros mas valioso y no debemos postergar las cosas que deseamos hacer o tener.
Al escribir estas notas recuerdo las metas que me he puesto para este año y aunque apenas estamos empezando trabajare para que se hagan realidad y me sentiré muy mal si no he conseguido mis objetivos al terminar cada mes. Ahora la pregunta es ¿has cumplido tu las metas que tenias para el año anterior?. De no ser así tanto a ti como a mi nos tocara ahora empezar a plantear unas metas altas y trabajar en cumplirlas y créeme que yo lo haré.
El compromiso que quiero adquieras para esta semana es que hoy te sientes tomes papel y lápiz y escribas las metas que quieres alcanzar de aquí a diciembre, o las metas para el 2012 recuerda fíjate metas grandes, luego mete tu papel en un sobre y entrégaselo a alguien en quien confías y pídele que te lo devuelva en esa fecha para que revisen juntos si has trabajado en hacer tus metas realidad. Que te parece? O envíalas al grupo de facebook.
Fíjate metas en el campo familiar, espiritual, laboral, personal y de negocios y visualízalos como si ya fueran realidad y trabaja por ellos.
Animo que somos energía pura y todo o que queremos lo podemos tener ya que el universo es infinito y Dios quiere lo mejor para cada uno de nosotros.
HISTORIA
Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.
A los que escogieron el de treinta les puso un cinco, sin importar las respuestas que acertaron. A los que escogieron el de cuarenta les puso un siete, sin llegar a corregir las respuestas entregadas. A los que escogieron el de cincuenta les puso un diez, sin detenerse a comprobar aciertos y errores.
Los estudiantes, que no entendían nada, le pidieron una explicación al maestro, a lo que él contesto: "Queridos alumnos, permitid que os diga que con este ejercicio no estaba examinando vuestros conocimientos sino vuestra voluntad".
Porque, al final, la voluntad es determinante para muchas cosas importantes en nuestra vida.
Jair Orozco
jaogar653@yahoo.com
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